Cuando un amor se muere, hay dos muertes.
Dos muertes e infinitos muertos.
Entonces es mejor arrancarse la lengua y colgarla en la pared.
Llegar hasta el territorio de la estatua.
No llorar vanas lágrimas de sal sobre una piel que ya es todo olvido.
Mejor hacer un cesto y romperse los ojos y repartir los cristales
a los niños ciegos que gritan y gritan en la noche.
Mejor deslizarse como un asesino,
y por la espalda, en silencio y a traición,
matarse la imagen y darla al fuego.
Y entonces, desnudo como el frío,
aguardar inmóvil en el callejón de la serpiente,
hasta ver pasar al hombre que reparte nombres
grabados sobre muñones.
Esperar a que amanezca y apagar el último cigarrillo
sobre la mano abierta.
Sobre la mano entregada.
Sobre la mano abierta y entregada.
4 comentarios:
Muy cierto, cuando se acaba el amor, hay gente que lo supera por que realmente no estaba enamorado y otros que llevaran esa losa toda la vida, pero como dices, mejor colgar la lengua en la pared, el que pierde dirá cosas que no siente y el que gana lo utilizara como ariete para terminar de tumbarlo, saludos.
Sí, así es.Aunque colgar la lengua y esperar es muy duro.Y no sólo frente al otro.Sobre todo frente a uno mismo, pasarlo en silencio y a pelo.pero es lo mejor (creo).
es usted el autor?
Sí
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