miércoles, 4 de junio de 2008

Conversación en la sombra



El tiempo se nos acaba, y desaparecen los días que iban a ser, las promesas que hoy son apenas humo y la gloria que nos acechaba... y esta distancia sorda que todo lo cubre.

-Despierta, quiero que me digas por qué tienes los huesos de hierro y rechinas al hablar.

-No sé, ya no recuerdo los pasos exactos.

-Te los recordaré: Juego. Experiencia. Plan.

- ¿Y luego?

- Has de poner frente a tí tu colección de ojos, todos los ojos cuyo color recuerdes, busca, en ellos está tu nombre.

Pero el esperma, el aliento y la sangre conspiran contra el tiempo, y te empujan desde atrás, y entonces la escalera se acaba.

-¿Eso es un pensamiento? No vas bien. Nada bien.

Hay crujidos que se recuerdan siempre.
Hay pasos que ni siquiera dejan sombra en la arena.

-Reconoce que tienes miedo a morir, a no ser nada sobre el papel, nada en los labios de nadie, nada ahogada en una lengua desconocida.

- ¿ No podré llevar nada puesto?

-Sólo tu colección de ojos.

Lentamente fue recorriendo con la mano todo su cuerpo, haciéndolo surgir despacio, y sonrió.

Sí, tenía los huesos de hierro y rechinaba al hablar, y además treinta monedas en su cartera, pero recordó al fin.

Entonces desconectaron la máquina.

.

23 comentarios:

Ignacio dijo...

...hay puertas que no volveré a abrir



(es de Borges)

Váitovek dijo...

... Y una línea de Verlaine que no volveré a recordar.

Clandestino dijo...

Tal vez 'tres en uno' y la E p C, en su disco duro le hubieran dado juego a todos sus ojos, por tiempo infinito.

Naturalmente las treinta monedas son las 'arras' extraidas de las crónicas que inspiran las nupcias con el diseño de su eterna memoria. Tan útil para olvidar. Tan necesaria para recordar. Siempre al filo que separa la escalera del abismo.

Traición y rapiña aliadas con el 'no ser', reduciendo, entre ambos, el 'ser' a la nada, ocupada por el olvido. Pero esos chirridos, esos malditos chirridos, que traspasan el silencio construido contra el ayer...

Váitovek dijo...

Clandestino:

No había pensado en ese sentido de las treinta monedas, sino en las de Cristo, como símbolo de todas las traiciones inevitables y necesarias al fin y al cabo de que se compone la vida.

De todas formas,con este tipo de textos tardo bastante en tener una idea clara. Es como un juego, donde primero uno lanza una bandera y luego tiene que trepar trabajosamente hasta donde ha quedado clavada.

Y los chirridos..sí, son eso. Pero, como esta es la última charla de alguein , ya casi más allí que aquí, son ellos los que salvan del olvido completo.

En fin , reconozco que es un texto más bien retorcido.Lo escribí anoche de un tirón.Pero a medida que lo voy rumiando, veo que no es un completo fracaso, algo me he traído.

Saludos

Clandestino dijo...

En absoluto Dhavar.

Me encanta este y todos tus escritos. Llevándolos al argot informático, son como una especie de 'sofware libre' con posibilidad de acceder y modificar los códigos fuente, de tal forma que contagia la inspiración y pueden ser cambiados, adaptados, enriquecidos o... generalmente empobrecidos, como has podido observar.

Me encanta tu aventurera forma de explorar las fuentes del intelecto, pisando a medias entre lo real y lo absurdo.

Es mi respuesta la que se sale de tu estupenda disertación. Fallo en mi intento de relacionar las monedas con una estructura social cuya decadencia toca fondo y se consolida exclusivamente en sus miserias.

Relaciono la traición con las monedas, aunque por la obviedad de su cantidad, de forma sesgada y ampliando el uso como arras.

Las monedas también son 'arras' tomadas de unas crónicas cuya memoria nos tralada a su origen agresivo sobre lo sagrado (traición de Judas). Origen que se silencia, oculta y borra de las memorias para unir y normalizar la traición que porta en los genes de ese origen, (pero puenteando su componente cristina) con la traición y mezquindad de cada día de nuestros días, lejos de su referente, (cristiano) también genético.

Pero esa memoria se resiste a ser borrada, selectivamente en su parte de desinterés, y avalar la parte negra del plan. Por eso se hace ver y ralla de forma ruidosa y persistente en rebeldía contra el falso surrealismo que la quiere suplantar.

Perdona, pero aunque he interpretado bien, he sido yo el que no ha expresado o desarrollado tu idea, perdiéndome por los cerros de Úbeda.

Espero que podamos seguir disfrutando de tus elocuentes 'alucinaciones' nocturnas, cuando la realidad y la fantasía se materializan y juegan a ser, por igual. No nos borres ni una solo. Por favor.

Jerusalem dijo...

Cuanto se puede guardar en una mirada...


besos

Valquiria dijo...

En tu línea, ideal, definitivamente la noche te inspira...
Saludos.

Luis Amézaga dijo...

Traspasar una puerta, extirpar los ojos de la nuca, mirar hacia lo que nos teme, desconectarnos.

Váitovek dijo...

Clandestino:

Reconozco que soy el primer sorprendido por el interés que despiertan estas "alucinaciones nocturnas". Y me alegra mucho.A fin de cuentas, para tener "otras conversaciones" es por lo que escribo en el blog.
Y sí,al final creo que todos tendremos que mirar de frente "la parte negra del plan".Y la típica mirada de asombro del que muere supongo que va por ahí.

Saludos y gracias por tus ánimos.

Váitovek dijo...

Jerusalem:

Mucho.Quizá todo, al menos cuando ya de la vida sólo quede la memoria.

besos a tí también

Váitovek dijo...

Valquiria:

Como siempre, me alegra mucho que te guste.

Saludos

Váitovek dijo...

Luis:

"hacia lo que nos teme",me ha dejado desconcertado.Siempre he pensado en ello como lo que tememos.Y sólo se me ocurre que nos teme porque ello sabe que es nosotros pero nosotros no - al menos antes de morir.Si no es esto ¿a qué te refieres?
Si es desarrollable me encantaría que lo hicieras.

Saludos

Ignacio dijo...

Yo no he querido pronunciarme para no interferir.

Mary White dijo...

Dhavar, eres tan correcto que a veces tu blog parece la escena de Groucho en la que presenta a un grupo de tres o cuatro entre sí....

Ignacio no quiere interferir, como Pepiño en las elecciones americanas...

Váitovek dijo...

Gwen:

Es que ya estoy mayor para la pose de "épater les burgeois".

Mary White dijo...

Dices eso por coquetería, si esa foto eres tu,no estás muy mayor para casi nada.

Váitovek dijo...

Gwen:

Sí soy yo, hace unos tres años.Pero tengo 42 años,y biografía lo suficientemente apretada para considerarme mayor, cosa que me gusta.Soy un firme partidario de la edad madura.

Saludos

Unknown dijo...

Poético, sutil...
Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, prometo hacerlo más a menudo.

Aunque yo prefiera la hoguera...

Váitovek dijo...

The Dust:

Es que ya se sabe, la hoguera tiene un no se qué que sólo lo tiene le hoguera.

Saludos

Peggy dijo...

no se te dan mal las poesias nocturnas ...las del lado oscuro

Váitovek dijo...

Peggy:

Tengo algunas más solares, como La Hora del Té, pero esas más solares son conreferencias personales y por tanto privadas.Si hago una solar abierta, la pondré dedicada a tí.

Saludos

Peggy dijo...

Dar cauce a la imaginacion siempre es bueno

Váitovek dijo...

Peggy:

Estoy de acuerdo.Aunque "imaginación" es una palabra mucho más ambigua de lo que se piensa.