jueves, 3 de enero de 2008

Carlo Gesualdo: El Ángel Monstruoso

Carlo Gesualdo, Príncipe de Venosa y Conde de Conza, monstruo y genio sin par, vivió en Italia, en la segunda mitad del Siglo XVI.

Aristócrata, pariente de Arzobispo y de San Carlos Borromeo fue, sin duda, la figura musical más interesante de aquella época.

Liberado de componer para otros salvo para sí mismo, su música es una rarísima joya. Sus misteriosas disonancias, sus oscuras lineas melódicas han tenido que esperar siglos para ser acogidos en oídos de otro tiempo, los nuestros.

Sorprendió en la cama a su mujer - María D´Avalos, hija del Duque de Pescara- con su amante y los asesinó a ambos de forma tan cruel y sanguinaria que dejó aterrados a sus contemporáneos. Es decir, dado el nivel de crueldad y sangre de la época, debió de ser toda una hazaña.

También, según parece, asesinó por estrangulamiento al hijo de dicho matrimonio.

Para escapar de las iras de las familias de ambas víctimas, se recluyó en Gesualdo, donde estaba el castillo familiar.

Posteriormente, se volvió a casar nada menos que con Eleonora D´Este, hija del Duque de Ferrara, pero esta vez fue Gesualdo el que la traicionó repetidas veces.

El hijo de ambos, al cual amaba tiernamente Don Carlo, murió temprano de una misteriosa enfermedad, lo cual acabó de enloquecer a nuestro héroe, el caul dió por sentado que se trataba de un castigo divino por sus crímenes.

Así, sus últimos años los pasó encerrado en su Castillo, entregado a terroríficas sesiones de flagelación y otros excesos supuestamente purificatorios, en las cuales le acompañaban jovencitos desnudos.

Tras una de estas sesiones, el 8 de septiembre de 1613, fue hallado muerto, desnudo y sangrante, no se sabe si por el exceso cometido o asesinado por uno de sus jovencitos.

Su figura recuerda la de Gilles de Rais, el monstruo francés compañero de Juana de Arco, salvando las enormes distancias en escala de maldad entre ambos.

Además Gesualdo, a diferencia de Gilles de Rais, nos dejó una música soberbia, fascinante y misteriosa como pocas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hum... No lo conocía...

Eva dijo...

Yo tampoco.

Estos personajes me llevan a cuestionarme lo frágil la línea divisoria entre placer y dolor y las maravillosas obras de arte que surgen de tan extraños caminos.

Feliz año y todo eso.

Váitovek dijo...

Sí, así es.Pero más bien se trata de las recíporcas relaciones entre el bien y el mal.