martes, 12 de febrero de 2008

GENTE FORMIDABLE: Arthur Cravan, Boxeador, Artista y Moderno

Fabian Avenarius Lloyd - Arthur Cravan para la posteridad-nació en una familia burguesa en Lausanne, era sobrino de Óscar Wilde, pero pronto sintió –como su tío, repudiado y procesado por sus amores con Lord Alfred Douglas- la llamada de la mundanidad, de los márgenes.

Un día, en 1910, decidió dejar su tranquila existencia y partió a París. Llevaba no sólo la caliente sangre del futuro boxeador en el cuerpo, sino la pasión por el arte y en particular por la poesía. Medía dos metros, era atractivo, rubio, espigado: el arsenal de incitaciones que muchas mujeres querían explotar.

Se había descubierto atleta y boxeador muy pronto, igual que su hermano Otho Lloyd, y se coronó campeón de Francia tras ir eliminando rivales, más por su contundencia y su descomunal complexión que por su clase. En la gran noche, se halló sin rival (se dice que ni compareció) y pudo ostentar el título. Algunos dicen que incluso llegó a ser campeón de Europa de los pesos semipesados, así figura en los diarios. Y ahí, él mismo inició la cascada de su leyenda.

Hizo casi de todo, y a veces no se sabe en qué momento: trabajó en la industria, fue mulero y recolector de fruta, polizón de hotel, leñador en los bosques de Francia, cochero en Berlín, donde solía amanecer entre prostitutas y alcohol. Y fue, esencialmente, director de una revista mítica como “Maintenant”, que fundó en 1912 y cerró en 1915, y un constante promotor del arte de la provocación, que era el medio en el cual se sentía más cómodo.

Desde las páginas de “Maintenant”, escribía de todo: poemas y críticas de arte. Criticó con severidad el nuevo arte de Pablo Picasso y Francis Picabia; ataque que le valió siete días de cárcel. Además, adoraba los coches y los trasantlánticos y se sentía un moderno aficionado a la polémica y a las malas calles.

No pasaba inadvertido. Su figura atrajo a artistas como Blaise Cendrars (“Arthur Cravan fue el profeta del dadaísmo”, llegó a decir el poeta), al propio Picasso o a Marcel Duchamp o a Renée Hayden, casada con el pintor cubista polaco Henri Hayden, que fue su primera esposa.

En 1915, tras haber puesto el cierre a “Maintenant”, aparece en Barcelona como profesor de pugilismo del Club Maritim de la ciudad y más tarde en Mallorca, junto a un artista holandés: Kees van Dongen. Su vida pasó por épocas de grandes penurias económicas, y el año 1916 ideó trasladarse a Nueva York. Una idea fulgurante la pasó por la cabeza: había coincidido en alguna ocasión con Jack Johnson, el fabuloso ex campeón del mundo de color de los pesos máximos (había sido derrotado en una extraña pelea ante Millard en Estados Unidos), y le propuso un combate en Barcelona. Cravan sabía íntimamente que nada tenía que hacer, pero se repartirían la bolsa y podría marchar. El combate, publicitado hasta la exageración debido al sentido del espectáculo de Cravan, se celebró en la plaza de toros de Barcelona el 23 de abril de 1916. La actitud del poeta boxeador no fue nada ejemplar: en el sexto asalto, en medio de los abucheos, recibió un impacto y se echó a dormir.

Cumplió su sueño. En Estados Unidos le esperaba un nuevo sueño: la poetisa Mina Loy (1882-1966), al que admiró nada más verla. Poseía inteligencia, encanto, una belleza nada desdeñable y un don para la lírica (ratificado por el paso del tiempo. Hoy tiene un gran crédito). El aventurero Cravan le escribió desde México y logró que Mina Loy se trasladase con él. Vivieron pocos meses juntos, poco más de un año, “en la fuente del hechizo”. Cravan se compró un barco fuerte y sólido, navegaba por el golfo de México, y un día no regresó. Tenía 31 años. Mina Loy no iba a olvidarle jamás, ni los pintores, ni los literatos ni los cineastas ni los aficionados al boxeo.

Arthur Cravan, como si hablase para el porvenir, se definió así: “Yo soy todas las cosas, todos los hombres y todos los animales”.

Fuente

7 comentarios:

Schwan dijo...

No sé si te ha llegado mi comentario porque me va esta tarde el internet muy mal.

Te decía que fue sin duda un hombre excepcional, y lo que aumentó más el morbo que rodeó su muerte es el hecho de que nunca se encontrara su cuerpo, ni los restos de su naufragio: como si se hubiera desvanecido en la nada.

Fue un hombre extraordinario y muy peculiar. Sin duda, imposible de olvidar por las personas que le conocieron. Gracias por recordarnos a la persona, así como su vida.

Váitovek dijo...

Schwan:

No, no ha salido el anterior comentario.Qué biografías tenían algunos abuelos!¿Te has fijado en el micro boxeador español que le sacude para nada? A veces pienso que tras la Gran guerra se desvaneció un tipo de hombre que ahora nos parece imposible.

Schwan dijo...

Tienes razón. Han sido el tipo de hombre "renacentista" actual. Y seguro que ahora mismo también hay algún hombre así, lo que pasa es que a lo mejor no le conocemos ;).

El Cerrajero dijo...

Hablando de boxeo y de gente que merece que le den en los morros.

¿Has visto los vídeo-boñiga de Mamazares?

Al doctorsssito cubano le gustaría meter entre rejas a Rajoy, FJL y los obispos.

Esto es lo único importante, según ese tarado

http://www.gasparllamazares.es/cosas_importan_3.htm

Váitovek dijo...

Cerrajero:

Sí lo he visto.Y hay que recordar que está a punto de convertirse al Islam si no lo ha hecho ya.

Te recomiendo la reseña de Paul Gottfried que he puesto aqui:
http://dhavar.blogspot.com/2008/02/
la-cpu-del-progresismo.html

Cowboy en paro dijo...

En mi blog tienes un premio.

Luis Amézaga dijo...

Interesate entrada y personaje.